
El servicio diplomático es el nuevo campo de batalla del presidente Gustavo Petro en su cruzada por hacer un Gobierno de rupturas. “No debe haber requisitos para nombrar embajadores y embajadoras de Colombia”, le ha ordenado a la canciller Laura Sarabia, en público, durante el más reciente consejo de ministros. “Cualquier hijo de obrero puede ser embajador. ¿No les gusta? Pues este es el Gobierno del cambio”. Esa orden contradice su promesa de campaña de impulsar la carrera diplomática y lo obligaría incluso a ir al Congreso para hacer los cambios. A su vez, es un camino para concretar su propósito de dar representatividad a poblaciones que generalmente no la han tenido.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia