
Italia es un polvorín. El seleccionador, Luciano Spalletti, se despidió con un triunfo ante Moldavia (2-0, con tantos de Raspadori y Cambiaso) que recompone algo la figura de un equipo que cayó el pasado viernes ante Noruega de forma contundente (3-0) para provocar el despido del propio Spalletti. “El presidente me comunicó que seré relevado del cargo de seleccionador nacional. No tenía ninguna intención de renunciar. Yo, especialmente cuando las cosas no van bien, prefiero quedarme en mi puesto y seguir haciendo mi trabajo. Pero bueno, es un despido y tengo que aceptarlo. Con Gravina tengo una muy buena relación y debo asumirlo”, afirmó el propio Spalletti tras la derrota ante Noruega.
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