
El Ministerio de Función Pública quiere afinar “la fábrica del Estado”. El ministro Óscar López ha utilizado esta metáfora para dimensionar la estrategia presentada este lunes, con la que pretende “transformar” la Administración del Estado y profundizar en su digitalización. No es una intención nueva, muchos de sus predecesores se marcaron el mismo objetivo con éxito desigual. López ha reivindicado que ya hay camino recorrido, pero ha subrayado que pretende ir más allá mediante la inteligencia artificial. Entre los cambios que ha mencionado el ministro, destaca una modificación “en el sistema de selección de empleados públicos” que afecta especialmente a los grupos superiores de la Administración, el A1 y el A2. En vez de acceder mediante el sistema clásico de oposiciones, para estos cuerpos se ingresará mediante un máster específico, al que se entraría con una prueba previa, y las plazas se decidirán en un examen al final de esos dos cursos, de manera que el puesto de trabajo será para los que tengan mejores notas. De momento, el Gobierno no especifica cuándo entraría en funcionamiento ni los detalles de la propuesta.
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