
Respetó la lluvia al respetable público. Y cientos de personas se acercaron la noche de este jueves a ver la historia de la Ciudad de México proyectada a lo grande sobre los muros del Palacio Nacional. Y sobre la catedral, a su lado. Pudieron comprobar si era cierto que la Jerarquía católica había solicitado al gobierno capitalino que recortara parte del guion para no ver sobre la fachada del templo las pancartas que hacen alusión al aborto seguro, una de las conquistas de la ciudad, allá por 2007. Y si era verdad que el gobierno le había concedido el deseo. Ambas cosas son cabales.
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