
Pedro Sánchez contuvo, al menos de momento, los tambores de adelanto electoral que llegaban cada vez con más frenesí desde los cuatro puntos cardinales del PSOE por el escándalo de corrupción que empezó siendo conocido como el caso Koldo y tiene como último protagonista a Santos Cerdán. La cúpula del partido le respaldó este lunes de forma unánime y cerró filas con el secretario general del socio mayoritario del Gobierno avalándolo para completar una legislatura a la que le aún le faltan dos años. Nadie del medio centenar de integrantes de la dirección federal del PSOE planteó, y mucho menos defendió, una convocatoria anticipada de las urnas, en la que, en cambio, sí hubo dirigentes que propusieron un congreso extraordinario, una conferencia política o que los comités federales, el máximo órgano de decisión de los socialistas, vuelvan a ser un espacio de debate y no un trámite semestral.
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