
A diferencia de lo que muchas personas opinan, el pasado proceso para elegir a un número muy importante de juzgadores federales y locales, fue completamente transparente. A diferencia de algunas críticas, en ningún momento se ocultó la intención de López Obrador de someter la judicatura nacional a los designios y vaivenes de su así llamada cuarta transformación. No hubo ocultamiento por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum, ni de los partidos políticos que la postularon, respecto a la conclusión de los designios de su antecesor. En ningún momento se escondieron las motivaciones de los diputados y senadores que convocaron a algunos foros de pretendida discusión, o elaboraron los dictámenes que ellos o sus sucesores aprobarían. Nunca se pretendió cubrir la búsqueda de los votos necesarios para reformar la Constitución, ni las presiones al remedo de tribunal de justicia electoral que elevó la sobrerrepresentación.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México