
La insostenible situación provocada por la investigación de la Guardia Civil respecto a posibles mordidas cobradas por el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, a cambio de la concesión de obras públicas debería resolverse con el mecanismo previsto en el artículo 113 de la Constitución: la presentación por parte del Partido Popular de una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El problema es que los populares no pueden recurrir al mecanismo de control parlamentario apropiado porque la moción de censura, en España, debe proponer un candidato alternativo a la presidencia de Gobierno y ese candidato debe reunir el voto favorable de la mayoría absoluta de diputados. Es muy poco probable que Alberto Núñez Feijóo alcance esa mayoría. El PP ha desarrollado a lo largo de toda la legislatura una política de aproximación a Vox, que le hace incompatible con los partidos nacionalistas, incluso con el PNV, sin cuyos votos es imposible alcanzar esa mayoría absoluta. Así que el Partido Popular tiene que optar necesariamente por exigir el adelanto de las elecciones generales, algo que es prerrogativa exclusiva del presidente, como la única manera de poner al PSOE y a Sánchez frente a su propia responsabilidad. Es posible que a esa exigencia sí se puedan unir ahora las voces del PNV o de ERC, aunque es difícil que, en mitad de una crisis internacional tan peligrosa como la desatada por el ataque de Israel (potencia nuclear) a Irán, alguien quiera aumentar la inestabilidad política propia.
Nuestra fuente:Feed MRSS-S Noticias Publicado para Latino America