
En poco más de dos meses, la Suprema Corte de Justicia de la Nación será otra. Se eliminarán las salas, se reducirá el número de ministros y quienes se sienten en las sillas de los jueces más importantes del país serán los ganadores de la elección judicial del 1 de junio. Todos ellos fueron propuestos en los acordeones que Morena repartía para dirigir el voto y muchos expertos adelantan que integrarán una Corte mucho más sumisa con los deseos del Gobierno de Claudia Sheinbaum. Con ese nuevo horizonte a la vista ha empezado la carrera contrarreloj para algunos de los asuntos pendientes. Por encima de todos destaca la pelea por la prisión preventiva oficiosa, en la que puede ser la última misión de la Suprema Corte.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México