
El antropólogo Robin Dunbar estableció a principios de los noventa el número de amigos que el cerebro es capaz de procesar. Su teoría sugiere que los humanos pueden mantener alrededor de 150 relaciones significativas, como mucho: de tres a cinco amigos íntimos, unas 10 buenas amistades, hasta 50 amigos cercanos y un centenar de conocidos. Algunos tendrán más y otros menos, pero el número Dunbar establece un límite aproximado a partir del cual el cerebro se planta y no puede relacionarse más. De lo que no hablaba el investigador británico es de lo difícil que resulta a veces para el cerebro repartir el tiempo —a poder ser de calidad— entre esas personas cuando ni siquiera se tiene tiempo para uno mismo, y de lo que sufre cuando intenta abarcar lo primero sin tener en cuenta lo segundo. “Un exceso de relaciones sociales puede producir cierto colapso mental, una saturación cognitiva y emocional que provoca ese bloqueo popularmente conocido como resaca social”, asegura Esther López-Zafra, presidenta de la Sociedad Científica Española de Psicología Social.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia