
La llegada del escolta Adith Rafael Romero a la Unidad de Víctimas, una de las entidades menos visibles del Estado, pero con una de las chequeras más grandes, no ha pasado desapercibida. Las razones, lejos de ser personales, están determinadas por la nula experiencia que tiene para hacerle frente al sistema de atención a esta población, en un país con más 10 millones de víctimas del conflicto armado. Pero, también, por los políticos a la sombra que lo acompañan en el cargo. Desde su posesión, dicen varios exdirectivos de la entidad, el poder de Alfonso Eljach, exalcalde de Barrancabermeja, ha hecho ruido. Eljach comenzó a ir como coordinador de empalme, pero su poder ha ido escalando sin tener un cargo. Dos fuentes en el interior de la entidad coinciden en que “el director mismo le dice jefe”.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia