
Las manifestaciones de migrantes en California contra las persecuciones desencadenadas por Donald Trump se extienden por otras capitales de Estados Unidos, donde viven y trabajan millones de mexicanos, muchos bajo la amenaza de deportación, y están dejando un oleaje político que se hace notar con fuerza en México, tanto en la vertiente humana como en la económica. Las negociaciones entre ambos países, tensas desde hace meses a cuenta de los aranceles, han dado un volantazo hacia los problemas migratorios con declaraciones espinosas por todas partes, entre ellas las acusaciones de la secretaria de Seguridad estadounidense, Kristi Noem, que ha acusado a Claudia Sheinbaum de instigar la violencia en California, algo de la presidenta ha rechazado con contundencia. Todos los gobernadores de México, con independencia del partido político que representen, han firmado una carta institucional de respaldo a la presidenta. “Nunca ha llamado a protestas violentas”, por el contrario, siempre “ha enfatizado el valor del diálogo como vía para la resolución de diferencias”, han dicho.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina