
Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado mexicano e integrante de Morena, sigue protagonizando episodios incómodos para su partido. El legislador, conocido por su carácter desenfadado y peleón, parece resistirse a cambiar el chip de opositor, lugar que ocupó durante décadas. En medio de la crisis bilateral entre México y Estados Unidos por las protestas de migrantes en Los Ángeles, el senador ha estirado un poco más la liga, ya bastante tensa entre los dos gobiernos, provocando incluso la intervención de la presidenta, Claudia Sheinbaum. El enfrentamiento con el senador republicano, Eric Schmitt, por la eventual imposición de impuestos a las remesas que los connacionales envían a México, lo ha vuelto a colocar en el centro de la polémica.
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