
En un párrafo de esos que se leen en las escuelas, de El derviche y la muerte, el escritor Meša Selimović reflexionaba sobre viajar y decía que “el hombre no es un árbol, y el apego es su desgracia, le quita valentía, disminuye su seguridad”. Asumía que quedarse era el verdadero comienzo de la vejez, “porque el hombre es joven mientras no tenga miedo de empezar”. No obstante, el dilema de cualquier sujeto entre quedarse y marcharse también ofrece espacios intermedios, grises en los que se vive las formas de vida más enraizadas y, sin embargo, en dos geografías apartadas.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia