
El bar perfecto es una conjunción imposible de muchas variables: tangibles, pero también inmateriales. El bar perfecto necesita un lugar que lo represente, cómodo, con más historia que la mayoría de sus propios clientes. Madera, zinc, mármol. Es imprescindible que almacene en sus viejas neveras y en sus tiradores un repertorio de buenas bebidas. Y también es fundamental que la cocina despache rápidamente buenos platos. El bar perfecto debe tener carácter, y no puede ser caro, ni estirado. Debe tener un personal que ame el lugar, conozca a sus clientes y, de vez en cuando, los ponga a raya. Y, sobre todo, debe crear un ambiente equilibrado, entre nuevos clientes y viejos parroquianos. El bar perfecto no existe. Pero Le Baron Rouge, junto a la plaza d’Aligre, es lo más parecido que puede encontrar en París.
Especial Gastro de 'El País Semanal'
Este reportaje forma parte del Especial Gastro elaborado por 'El País Semanal' y EL PAÍS Gastro que se publica el 8 de junio.
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