
“Cocinar puede ser mucho más que una simple tarea. Nos pone en contacto con lo que comemos, el lugar de donde procede, la interacción de los sabores, lo que hace por nuestra salud”, escribe Carl Honoré en el libro Elogio de la lentitud. El manifiesto fundacional del movimiento Slow (RBA). “Cuando uno tiene suficiente tiempo para ello, cuando el apresuramiento no forma parte de la receta, cocinar es una estupenda manera de relajarse”, concluye. El libro defiende el producto de proximidad, los mercados, el calendario de la alimentación responsable y todos los epígrafes que dan forma al manifiesto Slow Food que lidera Carlo Petrini. Sin embargo, la realidad en las grandes ciudades es la prisa, el fugaz minutero. Si releemos el libro Ciudades Hambrientas (Capitán Swing) de la arquitecta y escritora Carolyn Steel, encontraremos la reflexión sobre ese tiempo que se manifiesta en la vida de las ciudades y con ellas, la manera de relacionarnos, de alimentarnos. Como diría la filósofa Hannah Arendt: “Una ciudad es una memoria organizada” a lo que se podría añadir que además es el reflejo de lo que somos y comemos.
Nuestra fuente:Feed MRSS-S Noticias Publicado para Latino America