
Un pequeño grupo de personas paseaba la tarde del jueves entre los pasillos abovedados del Museo del Carmen, en Ciudad de México. El recinto, bajo custodia del Instituto Nacional de Historia y Antropología (INAH) reabría sus puertas tras días de cierre por la carencia de personal de seguridad que garantizara la protección del lugar y las obras que resguarda. La gente visitaba los salones con piezas de arte virreinal, las imponentes capillas del edificio que data de 1638 y su mayor atracción: 12 cuerpos momificados que siguen sorprendiendo a los investigadores. El museo pudo abrir porque un personal con uniformes azules se paseaba en su interior, después de que se revelara que varios recintos del INAH habían echado el cierre por problemas en las licitaciones a empresas privadas de vigilancia, un capítulo más que muestra el impacto que han dejado los recortes presupuestarios. Las carencias en Cultura golpean a los museos de México, guardianes de su patrimonio artístico e histórico.
Últimas noticias: la última hora de hoy en EL PAÍS