
Hay sesgos que no tenemos miedo de expresar: unos prefieren al Real Madrid y otros al Barça. Pero algunos sesgos producen vergüenza, como que pensemos que las mujeres son menos capaces profesionalmente o es más probable que los negros delincan. Y muchas veces, los sesgos que hacen elegir a una persona o a otra para un empleo son inconscientes.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición México: el periódico global en EL PAÍS Publicado para México