
El manifiesto del Club de los Viernes luce un encabezado rotundo: “Somos liberales”. La asociación, en un documento de aire solemne publicado en su página web, se declara inspirada por el filósofo inglés del siglo XVII John Locke, uno de los padres del liberalismo clásico, y por Benjamin Franklin, uno de los fundadores de Estados Unidos. Y se reivindica como un adalid en la defensa del “respeto al individuo, al ser humano, como unidad básica de conformación social”. “Ley”, “libertad”, “propiedad”, “ética”: el texto está lleno de grandes palabras. Pero, en contraste con tan altos propósitos, la actividad real del Club de los Viernes, la asociación que este viernes tiene previsto vivir su día de gloria con la entrega en persona en Madrid a Javier Milei de su premio Escuela de Salamanca, se rige por unos estándares mucho más bajos.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina