
En Francia, el Senado acaba de aprobar una ley para terminar con la moda rápida. Lo cual podría hacernos creer que va a perseguir las malas prácticas de una de las industrias más contaminantes que existen. Por fin, me dije, van a dejar de fabricar prendas que se deshacen al segundo lavado, se pagará un salario justo a las trabajadoras, las fibras serán naturales, libres de petróleo y tóxicos, la ropa estará pensada para durar, con recias costuras, patrones funcionales. No más cremalleras que se atascan, abrigos sin forro o camisetas con agujeritos. Y en todas las fases del proceso manufacturero se preservará tanto la salud de los trabajadores como la del entorno. Pero nada de eso contiene la ley contra la moda rápida francesa, porque de lo que se trata es de frenar a los gigantes asiáticos que comercializan online prendas de baja calidad. Los precios bajos permiten que los pobres estén tan al día en tendencias como la más acaudalada celebrity y eso contamina, claro está.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia