
Lo confieso, no puedo dejar de pensar en Noelia Núñez y en los amantes de la kiss cam del concierto de Coldplay. Son tres personajes infinitos, arquetipos de la vida moderna. Del caso Noelia me alucina que las ideas que aparecían en su cabeza y que no tenían relación con el exterior (sus tres carreras eran tres mentiras) llegaran a consolidar además su propia biología, en el sentido de que estaban destinadas a crecer. Por eso, aunque no era politóloga ni abogada ni filóloga, las consecuencias de sus títulos y de sus esfuerzos ficticios no podían dejar de dar frutos. Y acabó por convertirse en profesora de Ciencias Políticas, por pura coherencia narrativa. No es que mintiera, es que no podía dejar de hacerlo.
Nuestra fuente:Feed MRSS-S Noticias Publicado para Latino America