
Vivo en un pueblo diminuto. El domingo a la hora de comer me escapé un momento a la tienda de Eva a por pan. La tienda de Eva es el único comercio a treinta kilómetros a la redonda. Hace las veces de panadería, quiosco, estanco, colmado y oficina de turismo. Por su puerta, tanto puedes salir con un salchichón como con un bollo de cabello de ángel, un recambio para la fregona, un souvenir turístico, la Pronto o papel de fumar. Ese día, me marché con una barra de cuarto, dos latas de atún y una comprensión más profunda sobre mi lugar en el mundo.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia