
Desde que la Revolución Islámica triunfó en Irán en 1979, la cúpula del régimen de los ayatolás nunca había sufrido el número de bajas que le está infligiendo la actual ofensiva israelí, puesta en marcha el 13 de junio. Hasta una treintena de militares y una docena de científicos cayeron en asesinatos selectivos solo en las primeras horas, calculan fuentes oficiales del Estado judío. El goteo sigue –este viernes un dron israelí mataba a otro científico– y, en paralelo, aumenta la preocupación entre las autoridades de Teherán. Para tratar de hacer frente a ese cerco mortal, la poderosa Guardia Revolucionaria ha pedido a altos mandos militares y del Gobierno, así como a sus guardaespaldas, que dejen de usar dispositivos conectados a internet como móviles, relojes u ordenadores. Ese es el mensaje que lanzó el pasado martes ese ejército paralelo iraní, a través de la agencia semioficial Fars, vinculada a ese cuerpo de élite. Las advertencias apuntan incluso a que los seguimientos a altos mandos pueden seguir realizándose incluso con los dispositivos apagados.
Nuestra fuente:EL PAÍS Edición Argentina: el periódico global en EL PAÍS Publicado para Argentina