
Un desconcertante diagnóstico de malaria —infección transmitida por mosquitos y endémica de zonas tropicales— en una paciente que no se había movido de la provincia de Sevilla ha permitido identificar una grieta de seguridad en algunas pruebas diagnósticas. Las fundas protectoras de plomo que cubren las jeringuillas usadas en análisis como la gammagrafía tiroidea —cuya misión es proteger al personal sanitario del yodo radioactivo— han sido identificadas como la vía que posibilitó el contagio, según la investigación publicada ahora por profesionales del Hospital Virgen del Rocío en la revista de referencia Emerging Infectious Diseases.
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