
“Cuando ustedes miraban los números de Chile, parecía imposible que el sistema se cayera […], sin embargo, de repente, el sistema se cayó. Y se cayó porque básicamente lo que hicieron fue no dar la batalla cultural”. Esta enredada afirmación de Javier Milei resulta curiosa, no tanto porque un presidente “libertario” reivindique la dictadura de Augusto Pinochet —varios ultraliberales de la época también la apoyaron—, sino porque el pinochetismo sí dio una batalla cultural que incluso trascendió su propio régimen. Pero más allá de precisiones históricas, lo que revela la frase del mandatario argentino es su obsesión —y la de las nuevas derechas radicales— con la batalla cultural; una contrarrevolución al estilo de Viktor Orbán en Hungría, que hoy es admirada por su combate anti-woke.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia