
Los jardineros de Vitoria-Gasteiz llevan casi tres meses en huelga y las flores y hierbas han colonizado la ciudad. Lo que el ayuntamiento vive como un conflicto político y los trabajadores como una reivindicación de derechos, aparece para otros como una oportunidad para repensar la manera en la que se gestionan los espacios verdes de la capital alavesa. “Si se deja que se desarrollen las plantas, la biodiversidad se multiplica: los insectos e invertebrados sobre todo”, apunta Pello Urrutia, botánico jubilado y presidente del Instituto Alavés de la Naturaleza, que subraya la importancia de permitir que los procesos naturales se recuperen.
Una sorpresa botánica
Las protagonistas de los parques y jardines de Vitoria han sido las orquídeas, que florecieron a montones. Sin embargo, la que más ha llamado la atención ha sido la aparición de la Ophrys x chobautii, una especie de orquídea que hibrida las variedades Ophrys lutea y Ophrys speculum.
Es la primera vez que se registra la presencia de este tipo de orquídea en el País Vasco. "Llevamos 40 años haciendo inventario y controlando las especies que habitan y cómo se distribuyen", cuenta Pello Urrutia, quien coordina el Herbario digital Xavier de Arizaga. "Esta no había sido citada por nadie, hasta este año", asegura.
Una de las particularidades de esta orquídea es su aspecto de abeja. Con él, la flor busca engañar a un macho, haciéndole creer que va a copular con una hembra. De esta forma, la planta consigue polinizarse. Las flores que utilizan estos "disfraces", cuenta Urrutia, pueden ser de carácter leal o desleal. En otras palabras, ofrecer una recompensa al polinizador, como puede ser el néctar. En el caso de la Ophrys x chobautii, el insecto no se lleva nada a cambio. Es solo un engaño.
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