
Casi todos los días piensa en dejarlo. Las noches sin dormir, los horarios de trabajo maratonianos, el peso de la responsabilidad y las horas dedicadas a cuadrar las cuentas son el día a día de Sandra de Blas desde que decidió montar una empresa de aperitivos de fruta deshidratada en un pueblo de 3.400 habitantes. A las afueras de Pedrajas de San Esteban, ubicado entre Valladolid y Segovia, está la nave industrial de NaturSnacks, el proyecto que la treintañera puso en marcha hace ocho años y con el que desafía el éxodo de las nuevas generaciones del mundo rural.
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