
Lamentablemente, pocas veces me ocurre lo de este domingo pasado, cuando estaba mirando el partido de Carlos Alcaraz contra Ben Shelton. Cerré mi tableta, dejé de jugar al ajedrez para cruzarme de brazos, acomodarme algo mejor en el sofá y disfrutar del que, probablemente, ha sido el mejor partido de esta edición, hasta el momento. Evidentemente, no los he visto todos y mi afirmación puede resultar algo atrevida, pero dudo de que alguno de los otros que se hayan disputado lo haya podido superar en brillantez y calidad.
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