Washington, que ya había dado fuertes indicios de prever un ataque israelí contra objetivos del programa nuclear iraní, se ha apresurado a lanzar una advertencia a Teherán: tras los bombardeos israelíes de la madrugada de este viernes, debe evitar absolutamente cualquier tentación de replicar con golpes a intereses estadounidenses, entre temores a una escalada entre Israel e Irán que pueda convertir en un polvorín a un Oriente Próximo ya con los nervios a flor de piel.
Nuestra fuente:Internacional en EL PAÍS