
Lo llaman con sorna yacht rock y marcó mi adolescencia más temprana. Christopher Cross, Doobie Brothers, Steely Dan o los odiosos Toto. Aquel soft rock llegaba desde Los Ángeles y fue una parte importante de la banda sonora de principios de los ochenta. No duró mucho y, en mi caso, lo admito, la enterré con vergüenza, como un placer culpable de los días en la roller disco de Chamartín.
Nuestra fuente:EL PAÍS América Colombia: el periódico global… en EL PAÍS Publicado para Colombia